Un día, un judío se subió a la montaña y, al bajar, aseguró: “Dios es la verdad, y la verdad está en la ley”. Se llamaba Moisés. Siglos después, otro judío aseveró: “La verdad es Dios, y Dios es amor”. Se llamaba Jesús. Luego apareció otro que, sin el amor divino, aseguró que la verdad era el dinero. Era un tal Karl Marx. Después llegó Freud y situó la verdad algo más abajo, en la zona crucial de la entrepierna. Y para acabar el círculo, apareció Einstein y lo barrió todo: “La verdad es relativa”.
Escuchado en "Julia en la onda" a propósito de la conmemoración de los 65 años
del holocausto judío, y para remarcar la contribución de los judíos al mundo.
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