Este lunes el programa de Callejeros Viajeros estuvo dedicado a Kioto, lo que me ha recordado que aún me quedan cosas por contar sobre mi viaje al país Nipón. Esta vez repasaré los lugares dónde estuvimos.
Los primeros días estuvimos en Tokio, y allí visitamos los siguientes barrios:
El primer día estuvimos en Asakusa, el barrio de la ciudad dónde se puede encontrar el Japón más tradicional y quizás el más turístico. En él se encuentra el tempo Senso-ji, el más antiguo e importante de Tokio. A su alrededor se encuentra un complejo religioso formado por varios templos y pagodas. Justo al lado merece la pena darse una vuelta por la calle Nakamise-dori, en ella se pueden encontrar multitud de puestecitos con productos típicos de la zona pero que a nosotros nos llaman mucho la atención.
El barrio dónde nos alojábamos era Ueno. En dicho barrio destaco dos lugares interesantes: el primero es el parque de Ueno, un gran espacio verde en cuyo interior se pueden encontrar templos sintoístas, estatuas de samuráis, museos, y un gran lago con multitud de nenúfares. El otro lugar imprescindible es el mercado de Ameyoko, con infinidad de coloridos puestos y anuncios luminosos hasta muchos metros de altura, un lugar que parece sacado de una película de ciencia ficción.
El segundo día, en primer lugar fuimos a visitar los Jardines del
Palacio Imperial, digo los solo los jardines, porque el propio palacio es muy difícil de visitar, creo que sólo se abre al público una o dos
veces al año. Así que sólamente pudimos verlo de lejos,tomando la típica foto que podéis ver aquí al lado. Además de esta estampa se pueden observar bonitas vistas de los enormes edificios que rodean el parque teniendo en primer plano los esculpidos árboles del parque.
En el mismo día nos dirigimos a Shinjuku, el barrio de los rascacielos de Tokio, y entre ellos habría que destacar el edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio. Precisamente este edificio tiene habilitado para el pública la última planta, así que subimos allí y pudimos contemplar las estupendas vistas de la ciudad desde uno de los puntos más altos de ella.
Otro barrio interesante que visitamos fue Ginza. Se puede decir que es el barrio más pijo de la ciudad, un estilo a la calle Serrano. Lleno de tiendas, la mayoría de moda, hay un edificio a destacar: el edificio de la Sony. Allí hay varias plantas de exposición con los últimos productos de la marca, en el lugar pudimos probar televisiones 3D o modernas cámaras de fotos. Además junto a Shinjuku es dónde más edificios arquitectónicamente interesantes se pueden observar.
Akihabara es el barrio friki por excelencia, así que allí pasamos también parte de nuestras horas ;). En él hay tiendas de electrónica de todo tipo, desde grandes almacenes sólo con productos de este tipo, hasta tiendas de un estilo parecido a las del mercadillo. Además de por la electrónica el carácter friki lo proporcionan tanto la multitud de tiendas dedicadas al mundo manga como las muchachitas vestidas de colegialas de anime promocionando productos o restaurantes que se encuentran por la calle.
Finalmente el último barrio interesante que visitamos fue
Odaiba. Construido en una isla artificial, contiene multitud de lugares de recreo, como centros comerciales, museos, playas y algún otro lugar más especial que tendremos que conocer en nuestra próxima visita ;) como el
Oedo-Onsen-Monogatari, un onsen que en su interior recrea el Edo medieval o el Sega Joypolis, un centro de entretenimiento con máquinas recreativas gigantes. Además desde Odaiba se pueden contemplar una de las mejores vistas de Tokio con una réplica de la Estatua de la Libertad en primer plano, seguidos del mar, el puente Rainbow y los rascacielos tokiotas al fondo.
Además, visitamos otros dos barrios menos interesantes en mi opinión: Shibuya otro sitio famoso como lugar de compras, especialmente de ropa de moda, y Rompongi, dónde destaca arquitectónicamente el Rompongi Hills, aunque a mi no me pareció mucho más que un centro comercial pijo.
Desde Tokio hubo un día que lo dedicamos a hacer una excursión a
Nikko. Nikko ha sido uno de los centros espirituales más importantes de Japón. Se trata de un enorme complejo de templos ubicado en medio del bosque. Precisamente en la perfecta armonía entre la naturaleza y sus lugares sagrados es dónde radica la belleza del s sitio. Los árboles, las rocas, el agua se conjuga perfectamente con los edificios sacros, los tori o sus estatuas de dioses sintoístas. En este lugar es dónde se encuentra el grabado de los
tres monos sabios.