De mi último viaje, aquí tenéis una historia de uno de nuestros "
conquistadores" de aquellas tierras:
Gonzalo Guerrero nació en 1470 en Palos de la Frontera y pronto destacó como valeroso
arcabucero primero en la conquista de Granada y posteriormente en las campañas en
Nápoles a las ordenes del Gran Capitán, cuyas tácticas y técnicas militares pudo aprender bien y tan buena aplicación les pudo dar en el futuro.
Una vez de vuelta en España y con tan buen
currículum militar, no lo tuvo difícil para embarcarse en uno de esos barcos que iban a descubrir y explorar el nuevo mundo.
Sin embargo en aquella época, explorar nuevas tierras era un oficio difícil, y en una de sus travesías por el Caribe, una gran tormenta destrozó el barco dónde navegaba, y sólo veinte personas lograron mantener la vida a bordo de un pequeño bote. Sin agua, ni alimentos, con un sol que les quemaba y con los tiburones acechando,
desesperados por sobrevivir han de beben de sus orines y cuando algún compañero de naufragio perece, no tienen más remedio que comer de su carne si quieren sobrevivir. Finalmente sólo 8 logran llegar a las costas de
Yucatán.
Allí tuvieron un primer enfrentamiento con los
cocomes, una de las tribus mayas que habitaban aquellas tierras. De los ocho, los
cocomes mataron a cuatro y a los otros cuatro los apresaron en jaulas. Sin embargo
Gonzalo Guerrero consiguió escapar junto con otro de sus compañeros de fatigas: fray Jerónimo de
Aguilar. Tras varios días vagando por la jungla se encontraron con los
Tulul Xiues, otra tribu maya enemiga de los
cocomes. Este pueblo se mostró menos agresivo que el anterior, y aunque los tomaron presos y les hicieron trabajar para ellos, con el tiempo se convirtieron en hombres libres y pasaron a formar parte activa de la tribu.
En este momento se produce una divergencia en el
comportamiento de los españoles: por un lado
Gonzalo se integra
completamente y se
transculturiza, adopta las costumbres mayas, se casa con la princesa
Zazil Ha y tiene hijos con ellos. Enseña a la tribu las técnicas guerreras de occidente, útiles en sus luchas contra grupos rivales. Finalmente llega a ser uno de los líderes militares de su nuevo pueblo.
Por otro lado fray Jerónimo, aunque aprende
perfectamente la lengua maya y sus costumbres, sigue fiel al catolicismo y a las costumbres españolas, hasta el punto de que los caciques
amerindios tratan de tentarle
ofreciéndole mujeres, pero él las rechaza fiel a la castidad que le exigen sus votos.
Han de pasar 8 años hasta que
Hernán Cortes, que se encuentra en la isla de
Cozumel, recibe noticias de que en la península del
Yucatán hay dos españoles presos de los mayas. A sabiendas de la utilidad que le podrían dar dos hombres conocedores de la lengua autóctona, decide organizar una expedición para rescatarlos. Cuando dicha expedición encuentra a
Gonzalo y a fray Jerónimo, este último decide volver con Cortés, sin embargo
Gonzalo con estas palabras rehusó volver al bando cristiano:
"Hermano
Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos.
Tienenme por cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y horadadas las orejas que dirán de mi esos españoles, si me ven ir de este modo? Idos vos con Dios, que ya veis que estos mis
hijitos son bonitos, y
dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que
traéis, para darles, y diré, que mis hermanos me las envían de mi tierra."
Así que allí se quedó
Gonzalo con su nueva familia y pueblo. Sin embargo, los españoles ya se habían lanzado a la conquista de México y los que antes fueron paisanos y compañeros de
Gonzalo ahora pasaron a ser su enemigo. El "indio blanco", ahora
líder guerrero de los mayas, tuvo que combatir a los
conquistadores y no pocas veces los repelió consiguiendo tener a su tribu a salvo.
Finalmente,
dieciséis años después en uno de estos combates una flecha de ballesta alcanzó al de Palos y dio fin a la vida de este héroe de los
mexicanos y traidor y renegado de los españoles en aquella época.