viernes, 3 de agosto de 2012

Viaje a Copenhague

Nuestro último viaje nos ha llevado a Copenhague, aprovechando que una amiga se encontraba trabajando allí, le hemos hecho una visita a cambio de una guía (o dos) de la ciudad . Ya hace tiempo que tenía ganas de conocer uno de esos países europeos que en teoría están uno o dos pasos por delante nuestra en varias facetas, como civismo, respeto por el medio ambiente, calidad de vida o eficiencia en el trabajo. No en vano es considerada como una de las mejores ciudades para vivir y hay varios detalles de esta calidad de vida que se ven enseguida. Una de las cosas de las que te das cuenta enseguida es que a pesar de que allí el clima no es muy benigno, la ciudad está hecha para vivirla fuera: grandes espacios, muchas zonas verdes, plazas y terrazas, en definitiva lugares, todos ellos muy bien cuidados, que invitan a salir. Otro detalle que llama la atención son las bicis, casi todo el mundo se mueve en bici, y las ves "aparcadas" por todos lados.

 Sin embargo como la visita ha sido más turística que otra cosa, aquí os dejo nuestro diario de viaje:


Llegamos un viernes por la noche, y una vez recogimos las maletas nos dirigimos a coger el tren que nos llevaría a la Estación Central. Ya cansados, pasada la medianoche llegamos a nuestro alojamiento, el hotel Copenhague Crown, el cuál cumplió de sobra nuestras necesidades: cerca del centro, buen precio, espacios suficientes y limpio, quizás con un cuarto de baño algo cutre, pero con buen desayuno.
Día 1
El primer día salimos del hotel y nuestra primera parada fue el ayuntamiento de la ciudad,  un edificio de estilo renacentista con un majestuoso patio cubierto y adornado con multitud de motivos medievales nórdicos, como serpientes, dragones y escudos heráldicos. Afuera, en la plaza del ayuntamiento empezamos a observar cómo viven los daneses la calle, y cómo fomentan actividades en ella: un montón de chavales/as participaban en una competición de fútbol infantil en la misma plaza.
El siguiente paso fue recorrer la calle Stroget, la calle peatonal más larga de Europa. Es una calle comercial, dónde me llamó la atención la tienda de Lego, dónde se pueden ver un montón de figuras construidas a partir de los famosos bloques de plásticos daneses: naves de Star Wars, barcos de Piratas del Caribe o la misma calle Nyhavn de la ciudad.




Ya era hora de hacer una primera parada para degustar la cerveza danesa, y nada mejor que en una terraza de la citada calle Nyhavn, símbolo de la ciudad. Es sin duda el lugar más hermoso de la capital danesa, con su canal en el medio franqueado por sus coloridos edificios estrechos. Desde allí cogimos un barco que nos paseo tanto por la costa cercana como por los canales de Copenhague.
Para terminar el día fuimos a hacernos la obligada visita a la Sirenita. Es una estatua de algo más de un metro de altura, que simboliza al amor y a la generosidad de la sirena que renunció a su inmortalidad para poder vivir junto al hombre del que se había enamorado.
Día 2
El segundo día empezamos por el museo Ny Carlsberg Glyptotek, un enorme museo fundado por el hijo del fundador de la empresa Carlsberg (sí, sí, el de las cervezas). El museo se divide en dos temáticas: en primer lugar arqueología principalmente egipcia, griega y romana, (la colección es muy amplia e interesante), y por otro lado pinturas de artistas franceses como Gauguin o Monet y esculturas de Rodin.
Después del museo nos dirigimos a visitar el Castillo de Rosenborg. Más que un castillo se trata de un palacio de tres plantas dónde vivieron los monarcas daneses en el siglo XVII. En el se pueden observar tanto las habitaciones y salones reales, como una colección de los objetos que utilizaba la familia real de la época, objetos que van desde cuberterías y joyas hasta armas.

Otro destino de la ciudad interesante al que fuimos este día es Cristiana, un barrio "hippie" independiente del resto de Dinamarca en cuanto a leyes y soberanía. Paseando por sus calles se ve mucho movimiento cultural, sobre todo en forma de música, también muchos puestecitos de artesanía, bisutería, camisetas con motivos alternativos,... todo esto recordaba bastante al Womad ;) . Al salir de allí uno se pregunta cuánto de auténtica tiene esta comunidad, si realmente es una anarquía "utópica" que funcione o la idea original se ha transformado en un escaparate de tiendas para los turistas.
Para terminar el día, un excelente colofón: lo terminamos en un pub danés, celebrando la victoria de la Roja en la Eurocopa de Naciones.
Día 3
El último día decidimos cruzar el puente de Oresund, y visitar la ciudad sueca de Malmo. Allí destacaría el barrio de Vastra Hamnen con su impresionante rascacielos de estructura retorcida "Turning Torso", pero sobre todo la preciosa plaza de Lilla Torg, de origen medieval tiene un encanto especial. A su alrededor se encuentra el centro de la ciudad que también merece un agradable paseo.

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