Esta semana pasada ha dado la casualidad de que me he acercado a la historia de Ulises por partida doble: por un lado me terminé de leer la Odisea, y por otro lado pude escucharla en boca del singular actor Rafael Álvarez "El Brujo" en el Teatro Romano de Mérida, (... sí, ha sido casualidad...). Así que os hablaré sobre dos personajes: el héroe griego y el trovador cordobés.
La Odisea como sabréis es la historia del regreso de Ulises a su reino Ítaca después de luchar en la guerra de Troya. Un regreso que le supuso diez años y multitud de aventuras y penurias. Yo ya conocía el personaje de Ulises por la Iliada: uno de los líderes más sobresalientes y respetados entre los aqueos, destacado por su astucia e inteligencia, de hecho fue él quien ideó el Caballo de Troya para ganar la guerra a los troyanos. La Odisea permite conocer al héroe mucho mejor y me ha sorprendido descubrir un lado bastante más humano de Ulises, casi con tantos defectos como virtudes: su astucia la utiliza en multitud de ocasiones para mentir, es infiel a Penélope aunque no deja de amarla (de ahí el complejo de Ulises), y es cruel con los pretendientes de su mujer. Él tiene la firme determinación de llegar a su tierra y volver con su hijo y su amada mujer, sin embargo, incluso su ánimo decae en ocasiones, y tiene que ser la diosa Atenea quién le ayude a dar otro paso más que le acerque a su casa. A diferencia de otros héroes griegos como Hércules, Aquiles o Perseo que tienen sangre de dioses, Ulises es totalmente humano y como tal se muestra : es difícil no caer ante los encantos de la ninfa Calipso o preferir rodear ciertos peligros mortales antes que enfrentarlos.
Cambiamos de tercio, y vamos con la obra de teatro o más bien con el monólogo del Brujo. Más bien podemos decir que hubo dos monólogos: por un lado como un excelente aeda narró la Odisea, a su manera pero siendo bastante fiel a la historia original. Y por otro lado fue intercalando en dicha epopeya diversas anécdotas personales, ocurrencias y mucha crítica social todo ello con mucho humor.
Me llamó la atención especialmente la reflexión que hizo sobre una pregunta que le hacen a Ulises: -"¿Quién eres?" - le preguntan los feacios.
Parece una pregunta fácil, pero puede ser bastante más profunda de lo que parece, y que te puede hacer pensar sobre qué clase de persona eres, qué son las cosas que has hecho, en si eres quién deseas, en quién piensan los demás que eres.
Contó El Brujo que en la primera representación de la Odisea le hizo esta pregunta a Monago. Este le respondió que el Presidente de la Junta. Por ahora, le contestó el actor.
Por muy importante que sea lo que digas que digas que eres, qué efímero puede llegar a ser, y quizás haya que ampliarla con cuestiones como ¿qué ha significado eso que dices que eres para el resto de la gente?¿y para ti?
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