Este fin de semana he visto "Los crímenes de Oxford" y al contrario que casi toda la gente que conozco, sí que me ha gustado bastante. La película trata de un joven estudiante de matemáticas (Elijah Wood) que llega a Oxford para continuar sus estudios, atraído por la fama del profesor Arthur Seldom (John Hurt). Ambos se ven envueltos en una serie de crímenes que han de investigar.
Vale que Elijah Wood parece todavía que es Frodo Bolsón, y vale que el papel de Leonor Waitling sólo se justifica porque había que meter a una chica que alegrara la vista al público masculino, cosa que hace muy bien ;). Sin embargo la trama argumental me parece bastante chula y molan las referencias al mundo de las matemáticas y a personajes como uno de los padres de la informática: Alan Turing. No obstante lo que de verdad me ha parecido muy interesante es la pregunta que fluye por toda la película: ¿Podemos conocer la verdad? Esta cuestión la propone el afamado matemático Seldom al comienzo del film, y se utiliza a lo largo de toda la historia de forma que el personaje al que da vida Elijah intenta justificar que con la lógica se puede llegar a la verdad y descubrir al asesino; mientras que Seldom aunque participa en la investigación del crimen, siempre piensa que la lógica y la ciencia son herramientas insuficientes para explicar al 100% la realidad y por tanto el caso de los crímenes de Oxford.
Esta cuestión nos provoca pensar que si bien la ciencia es el mejor medio que tenemos para explicar la realidad, también es cierto que se ha convertido en nuestra nueva religión, es nuestro dogma igual que hace no muchos años lo era la Biblia. Sin embargo, a medida que avanza la ciencia se descubren más campos nuevos, parece que siempre va a haber algo por descubrir, ¿habrá siempre algo por descubrir que se le escape a la ciencia?. Además todo en la naturaleza es impredecible por nuestros científicos, ya que siempre hay factores que se escaparán y que pueden hacer fallar la predicción: la teoría del Caos.
Es curiosa la coincidencia de los nombres entre el profesor Seldom de la película y el personaje de Harry Seldon de Isaac Asimov. Sobretodo porque Harry Seldon es un matemático que inventa la psicohistoria, ciencia que permite predecir el curso de la historia de la humanidad en el futuro. Gran coincidencia, que no es más que eso: mera coincidencia, al menos eso dice el autor de la novela en la que se basa el libro.
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